El rol de evaluador de discurso

En la sesión, antes de dar comienzo el discurso preparado, si éste sigue la ruta educativa, el moderador dará la palabra al evaluador del discurso, para que lea en voz alta el título del discurso y los objetivos del proyecto, de forma que toda la audiencia esté en contexto, y que todas las evaluaciones (la suya oral, y las del resto, escritas) se focalicen en estos objetivos. Por tanto, previamente a la sesión debes preguntar al ponente si su proyecto sigue la ruta educativa, para en ese caso prever qué proyecto es.

Justo al terminar un discurso preparado en una sesión, la audiencia le devuelve al ponente el regalo que él les ha adelantado al preparar ese discurso, y se lo devuelve en forma de feedback, de 2 tipos:

  1. Se dan 3 minutos para que todos los asistentes rellenen la hoja de evaluación.
  2. Acabados esos 3 minutos, el evaluador del discurso sale al escenario a hacer su evaluación, dirigiéndose al evaluado y al resto del público, pues el hecho de que esta evaluación sea pública tiene como principal objetivo que todos aprendamos de sus puntos fuertes y de sus aspectos a mejorar.

Ten en cuenta los objetivos del proyecto que leíste antes de su discurso, para focalizar tu feedback preferentemente en estos aspectos; si no tienes suficiente que decir para llegar el tiempo mínimo, puedes completarlo con otros aspectos.

Evaluar públicamente un discurso es un gran reto y una gran responsabilidad: si no damos puntos de mejora sino solo alabanzas, el evaluado no mejorará, pero hemos de dar estos aspectos de mejora con tacto, para no herir la autoestima del evaluado.

El mejor sistema suele ser siempre el sándwich: comenzar y terminar resaltando aspectos destacables del discurso, dando en medio las sugerencias de mejora.

También es recomendable dar este feedback desde el punto de vista del espectador, contando qué viste/oíste/sentiste durante su discurso: p.ej: dí “desde el fondo me costaba oírte” en vez de “deberías hablar más alto”.